En cuanto llega el otoño e invierno y con ellos los resfriados y gripes, nos solemos preguntar como podemos aumentar las defensas. Pues una vez más, una correcta alimentación hará que nuestro organismo este preparado ante cualquier ataque patógeno. La adecuada ingesta de vitaminas y minerales servirá de escudo frente agresiones externas.
Es cierto que no hay ningún alimento maravilloso que cure grandes enfermedades. Pero si existen ciertos tipos de alimentos que ayudan a protegernos de los agentes externos.
Algunas plantas y alimentos tienen propiedades muy beneficiosas para nuestro organismo.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) nos dice que las vitaminas A, B6, ácido fólico, B12, C y D, y minerales como el cobre, el hierro, el selenio y el zinc, entre otros, participan en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
A continuación vamos a explicar un poco más en detalle las vitaminas y minerales que intervienen en nuestro cuerpo y una serie de alimentos que los contienen y que podemos incluir en nuestra alimentación para ayudar a aumentar las defensas.
Vitamina A:
Esta vitamina la asociamos a la zanahoria. Se encuentra también en el tomate, verduras y hortalizas de color rojo o naranja. Ese color lo da el betacaroteno, precursor de la vitamina A. La vitamina A contribuye a la formación de glóbulos blancos, una parte de nuestro “ejercito defensivo”.
Vitamina B6:
Produce anticuerpos y mantiene la glucosa en niveles adecuados. Se encuentra en multitud de alimentos: legumbres, pescados, lácteos, carnes y vegetales. En una dieta equilibrada y variada es muy difícil que haya carencia.
Acido fólico o B9:
El ácido fólico o B9 se encuentra en vegetales de hoja verdes, legumbres, cereales integrales y lácteos. Interviene en la creación de glóbulos rojos y blancos, previene la aparición de espina bífida en el embarazo, interviene en multitud de procesos neurológicos.
Vitamina B12:
Ésta vitamina la podemos encontrar en los pescados y mariscos. El salmón y la caballa son los reyes en B12, así como en los lácteos. Con un par de raciones al día se cubre de cantidad necesaria de esta vitamina.
Se ha puesto de moda porque los vegetarianos estrictos o veganos si tienen carencia de ella.
Entre otras funciones, interviene en la creación de glóbulos rojos y su carencia produce anemia.
Vitamina C:
La vitamina C se encuentra en muy variados alimentos, en todos los cítricos, perejil, pimientos, fresas, kiwi o brócoli. Alimentos que todos podemos conseguir fácilmente.
Ésta vitamina es un potente antioxidante que protege las células de la oxidación. También participa en multitud de procesos fisiológicos. Retrasa en envejecimiento celular. Interviene en la absorción de hierro. Por todos estos motivos es fundamental.
¿Es necesario un complemento de vitamina C?
No, ya que si me como una guarnición de pimientos y una naranja ya lo cubro.
Vitamina D:
Se puede obtener exponiéndonos al sol, ya que nuestro cuerpo la fabrica o ingiriéndola en varios alimentos como son los lácteos, los pescados azules y el huevo.
Siempre asociamos esta vitamina al calcio y los huesos. Y es cierto que es imprescindible para fijar el calcio en los huesos, pero además tiene otra función importante. Activa las defensas de nuestro organismo. Es crucial para defendernos si nos vemos infectados por COVID.
El cobre:
El cobre lo obtenemos de la ingesta de legumbres, marisco y frutos secos.
Éste mineral interviene en multitud de procesos del sistema inmune y su carencia puede contribuir a padecer infecciones más habitualmente y más graves.
El hierro:
Forma parte de los glóbulos rojos y fortalece el sistema inmune.
Es uno de los minerales más conocidos y con sus propios mitos. Vamos a romper alguno. El hierro, a pesar de los comentarios que nos hacían hace años, como que sólo se encontraba en vísceras o lentejas, se encuentra en cualquier producto animal como huevos, carne, pescados, mariscos y también en todas las legumbres y frutos secos.
El selenio:
Lo contiene principalmente la yema del huevo y pescados.
Interviene en la creación de glóbulos blancos y además ayuda a un funcionamiento normal de la tiroides.
El zinc:
El zinc ayuda al sistema inmune a combatir todo tipo de agresiones víricas o bacterianas.
Se encuentra sobre todo en frutos secos, carnes y pescados azules.
Comiendo de forma variada y equilibrada obtenemos todo lo necesario para nuestro organismo y así podemos aumentar las defensas. No necesitaríamos un complemento multivitamínico ni ningún producto extra.
Solamente deberíamos comprar, cocinar y consumir alimentos que podemos encontrar en un mercado tradicional. Consumir frutas y verduras frescas, frutos secos, legumbres, pescados variados, lácteos, huevos y cereales integrales nos mantendrá sanos. Al menos el 90% de nuestra alimentación se debería basar en estos productos.
Con todo esto concluimos que: “una alimentación variada y de productos naturales nos va a proveer de todos los nutrientes necesarios para estar sanos y fuertes frente a cualquier tipo de agresión vírica o bacteriana”.