Obesidad y vigorexia nada tienen que ver. La obesidad es un exceso de peso que puede provocar enfermedades o empeorarlas. La vigorexia es una adicción mal sana al ejercicio con el objetivo de crear más y más masa muscular.

En nuestra sociedad parece que cada vez más nos vamos a los extremos. Por un lado, los niveles de obesidad se disparan y por el otro aparecen nuevas enfermedades como la vigorexia.

La publicidad incita tanto a uno como a lo otro. Nos bombardean constantemente con anuncios de bollería industrial, nuevas salsas, restaurantes de comida basura.

O en el extremo opuesto. Productos “mágicos” que si combinas con ejercicio te vuelven un superhéroe (batidos, pastillas y comprimidos que en el mejor de los casos no harán nada).

 Nosotros, simples e inocentes compradores nos lo creemos todo.

 Y nos lo comemos todo, a la vez, y en cantidades industriales. Y no es todo culpa nuestra. La publicidad se gasta millones de euros en hacernos creer que necesitamos desayunar 4 bollos de esos, o 5 roscos de los otros. Y así, vamos creando una sociedad que necesita todos esos productos para vivir, nos crean una necesidad que antes no existía.

En el otro extremo están las personas que ven con horror toda la comida basura, que no pueden quedar con sus amigos por hacer una hora más de entrenamiento. Y que se toman cantidades ingentes de “complementos alimenticios” para ver subir su masa muscular de manera antinatural.

A ellos va dirigido otro nicho de publicidad. “Tú puedes”, “tu límite te lo pones tú”. Y eslóganes parecidos. “Tómate esta proteína y esta bebida estimulante”, “tu puedes hacer más y más y más”.

Y empiezan los problemas, se obsesionan con hacer cada vez más ejercicio, levantar más pesas, correr como un profesional. No existen estudios, trabajo ni familia. Sólo viven para el ejercicio y llegan los problemas.

Tengamos un obeso o un vigoréxico en casa, tenemos un enfermo. No es broma, no lo hacen a propósito.  Y podemos ayudarlos.

Algunas veces es suficiente con el médico de familia, otras veces requieren de otros especialistas, como pueden ser el dietista o el psicólogo.

¿cómo podemos ayudar como amigo o familiar?

En cualquiera de los 2 casos nunca echar en cara nada. Un “mira como te estás poniendo” o “no entras por la puerta” nunca es constructivo. Cambiarlo por “vamos a deshacernos de toda la comida basura y vamos a comer sano contigo”.

vigorexia

No hacemos sentir culpable a nadie y sí estamos ayudando. Estamos aportando una idea que va a ayudar. Al hacer la compra no dejarse “engañar” por la publicidad. Nos vamos con la lista de la compra hecha, y nos ceñimos a ella. La lista debe contener productos frescos y naturales.

Este podría ser un primer paso para ayudar a esa persona obesa. Aconsejarle caminar un poco cada día también sería recomendable. Y así poco a poco iría modificando sus hábitos hacia algo mejor.

En muchos casos esas personas no son capaces de bajar de peso o cambiar sus hábitos.

Los dietistas-nutricionistas son la solución para la reeducación alimentaria.

Con el familiar o amigo vigoréxico la cosa se complica, ya que es un trastorno de la alimentación y un trastorno psicológico. Las recomendaciones en el ámbito familiar son muy similares. En este caso si recomendaríamos a priori una evaluación psicológica.

Si vemos que hace ejercicio compulsivamente o justo después de cada comida, necesita ayuda psicológica inmediata.

Aun así, si se pueden hacer cosas. Por ejemplo, proponer planes en familia que nada tengan que ver con el deporte o ejercicio. No sabemos si funcionará, pero es importante que esa persona no se sienta sola o aislada. Ofrecer un plan en familia le hará ver que no está solo.

También podemos evitar la compra de productos para deportistas y complejos multivitamínicos. Estos productos no siempre son seguros y en algunos casos generan adicción por su composición. 

Los trastornos alimentarios-psicológicos son muy complejos de tratar.

Si es algo muy reciente, o muy leve, quizás a nivel nutricional se pueda conseguir algo. De todas formas, como especialista en nutrición recomendaría una consulta con un psicólogo y con esa valoración tomar medidas.

Lo importante ante cualquier problema de salud es dirigirnos al especialista adecuado.

Si es obesidad acude al dietista, pero si es vigorexia, acude también al psicólogo.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

You may use these <abbr title="HyperText Markup Language">HTML</abbr> tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies