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Opiniones sobre alimentación

Opiniones

Opiniones sobre alimentación existen tantas como personas en el planeta…o incluso más.

“Mi vecino dice que no se pueden comer legumbres porque engordan”. “La chía es buenísima te dicen en el super”. “Y el aguacate es sanísimo, la frutera se come uno cada día”. “Mi amiga dice que los niños no pueden comer frutos secos hasta los 6-7 años”. En los cumpleaños los papás se extrañan de que mis hijos coman una hamburguesa o unas patatas fritas. “Pero, ¿si eres dietista?”.

¿y qué culpa tienen estos niños de que me dedique al mundo de la alimentación?

Todo el mundo sabe de todo hoy en día.

Seguro que se reirán un montón si me pongo a arreglar un motor de un coche. O a limpiar una merluza. ¿Y por qué? Porque no tengo ni idea, ni de motores, ni de limpiar pescado, ni de cirugía cardiovascular.

¿Por qué entonces el mundo de la nutrición parece un circo?

La publicidad, redes sociales y demás plataformas lo llenan todo de opiniones sobre alimentación y hacen que la gente se crea experta en temas de salud. Y con la salud no se juega.

Esa dieta que le dieron a tu mujer puede que no sea para ti, o esa fotocopia con recomendaciones de 1993 probablemente ahora no te sirva. Comprad libros serios, leed revistas de divulgación e investigad.

El mundo de la nutrición es una maravilla y hay tanto que aprender y descubrir…Pero tened cuidado, las dietas de moda no suelen ser sanas (por decirlo suavemente). Las dietas que prometen bajar 18 kilos en un mes. Dan que pensar.

batido natural

Si fuera tan fácil, si existiera esa dieta milagro…que fácil sería todo. No existiría el sobrepeso ni la obesidad ni ninguna enfermedad que se relacione con ello. Se reducirían en millones los casos de cáncer, cardiopatías, diabetes y un montón más de enfermedades.

Pero lo siento, comer bien o bajar de peso, se educa y se aprende. Lleva un tiempo cambiar los hábitos. Y no sólo son cambios con respecto al tipo de alimentos, se cambia en la forma de cocinar, en las rutinas de ejercicio. Y deberíamos mantener esto en el tiempo.

A nuestros bebés y niños les transmitimos buenos y malos hábitos, vamos a intentar que copien lo bueno. Los adultos a la hora de hacer la compra debemos escoger los productos frescos (frutas, verduras, carnes y pescados) también productos como las semillas (legumbres) y cereales integrales.

El pasillo de las galletas, tan vistoso y colorido, se debería llamar el pasillo del azúcar refinado y grasas saturadas. En este pasillo no es recomendable entrar, porque parece que los productos saltan solos al carrito.

La publicidad es la reina: “Con estas galletas de 23 componentes te alimentas genial”. Y con esa pegatina que regalan a los niños, se comen lo que sea los pobres. Las galletas destinadas a los niños son literalmente basura, de cada mil productos se pueden salvar 3. Azúcar y más azúcar que se esconden en nombres rebuscados:

  • Almidón modificado
  • Extracto de malta
  • Maltosa
  • Xilosa
  • Miel de caña
  • Sirope y jarabe
  • Glucosa, fructosa y sacarosa
  • Harinas hidrolizadas (en papillas de bebés)
pasillo supermercado

Los papás nos vemos realmente acorralados para alimentar bien a nuestros hijos. Parece que la industria alimentaria se une para engañarnos y engordarnos. Tampoco ayudan esas personas que dicen que el azúcar es bueno para los huesos (cada uno que hable de lo que sepa). Aprender a leer las etiquetas es un buen remedio para no alimentarnos de azúcar y grasa con forma de alimento. Ojo con las opiniones sobre alimentación en materia infantil.

Procesado

Y el otro truco para comer sano es pensar por cuántas manos o procesos pasa ese alimento hasta mi mesa.

Pongamos un ejemplo:

Una naranja es recogida por el agricultor. Sin procesarla, un transportista la lleva a la tienda y otra persona la coloca en su ubicación correspondiente.

Así vemos que hay pocas personas implicadas y la transformación del producto es nula. (la naranja evidentemente es un buen producto)

naranjas

Con una dorada, tenemos al pescador que la captura, al transportista y al pescadero que la limpia delante nuestro. La transformación por tanto es muy leve y nosotros la supervisamos (producto correcto).

Ahora visualicemos un batido adelgazante, con sus montones de vitaminas y su cajita llamativa.

¿Cómo rastreamos de donde viene? ¿Cuántas personas añaden sustancias como saborizantes, colorantes, edulcorantes? ¿Es agua con vitaminas? Eso lo podemos conseguir exprimiendo un limón en un vaso de agua.

batido adelgazante

Sabemos lo que lleva por su extensísima lista de componentes casi ninguno natural y con poca o ninguna validez científica.

Lo compramos porque la caja es bonita, la publicidad es muy agresiva y nos hacen creer que es eso mejor que comer una fruta y beber un vaso de agua. (es un mal producto)

Mientras pese más la economía que la salud, solo podemos coger productos frescos y no envasados (en la medida de lo posible). Os protegeréis vosotros y a vuestra familia.

Alimentaos bien y nunca más necesitareis dietas“.

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