¿Existen las Dietas Milagro? Mejor lo intento con una dieta para cambiar mis hábitos.
Hay épocas, en las que adelgazar es más difícil. Ya sea por circunstancias personales, laborales, sociales, etc… Pero llegado el momento, es muy importante elegir la opción correcta.
Hay dietas para todos los gustos, está claro. Y qué os vamos a decir nosotros que somos especialistas en nutrición. Las dietas llamadas milagro existen, pero no funcionan.
Todos conocemos al vecino que se ha bajado 37 kg. con la dieta que sea y en 3 meses. ¿Y qué ocurre luego? ¿Se mantiene o recupera esos 37 y 5 más? También conocemos a quien se ha gastado cientos y cientos de €, por no decir miles, en potingues varios. Y por supuesto que adelgazan, pero se descontrolan los perfiles lipídicos, se puede favorecer la aparición de cálculos renales, desnutriciones asociadas a esa alimentación basada sólo en botes, entre otros posibles problemas de salud.
Y en casos extremos te llegan personas a la consulta preguntado que si con diálisis se puede hacer dieta. Cuando les hacemos la historia clínica descubrimos que han hecho alguna dieta “drástica” que les ha provocado un fallo renal con ingreso hospitalario y por último pérdida de funcionalidad de uno o ambos riñones.
¿Qué queremos explicar con todo esto?
Es bien sencillo. Las dietas milagro no existen, o sí existen, pero la palabra para describirlas no sería dieta.
Nada es tan fácil de conseguir. Si existiera una varita mágica no habría ninguna enfermedad en el mundo, ni niños con desnutrición o personas con obesidad mórbida. La dieta, la cultura, los hábitos varían a lo largo de todo el mundo.
La nutrición como ciencia (no exacta y muy reciente) intenta que la población a nivel mundial cubra sus necesidades básicas para que esa población se desarrolle de forma correcta con la menor cantidad de enfermedades o inconvenientes posible.
A nivel más local o individual, lo que pretendemos los dietistas es que cada persona encuentre su equilibrio. Saber qué es bueno para mi. Aprender qué alimentos me pueden ayudar a prevenir enfermedades. Descubrir qué sustancias están bien vistas por mi cultura pero no son alimentos. Y también, cómo conseguir que mis hijos se alimenten de forma correcta.
La pretensión de SCNutrición es la de enseñar a cualquier individuo a decidir que le va bien y que le va mal. Siempre sabiendo que es lo que como, que beneficios me aporta o que cosa solo debería de comer en ocasiones puntuales.
Las nuevas tendencias nos inclinan a una alimentación más natural, más respetuosa con el medio ambiente.
No obstante, existen varias corrientes en cuanto a alimentación muy variopintas:
- Vegetarianos
- Ovolactovegetarianos
- Crudi-Veganos
- Fruti-Veganos
- Dieta paleolítica
- Dieta Keto
Probablemente todas tengan algo positivo, y desde luego negativo. Podemos aprender a filtrar en función de nuestros gustos, nivel socio-económico y cultural. Pero tenemos una certeza . No existen las dietas milagro.
Lo que sí existe un dieta que le puede ir bien a un individuo en un momento determinado y no en otro.
Las pautas siempre son las mismas: evitar alimentos procesados y ultraprocesados, evitar las bebidas alcohólicas, moderar el consumo de sal y la bollería industrial.
Y si podemos conseguir que un 85-90% de lo que comemos sea fresco mejor. Parece difícil, pero no lo es. Las carnes de la carnicería como el pollo o el pavo son frescas. Cualquier pescado de la pescadería de mi barrio también. En la frutería encontraremos frutas y verduras de diferentes tipos dependiendo de la época del año.
Se recomienda siempre escoger los productos de la temporada por su sabor y su menor precio.
¿Se puede comer sano y barato?
Por supuesto que sí, debo estar pendiente cuál es la fruta, el pescado y la carne de temporada. Incluir en mi cesta de la compra el aceite de oliva virgen extra. Evitar al máximo productos envasados, como la bollería o los postres lácteos tipo natillas o cuajadas.
Y con respecto al alcohol, cuanto más lejos mejor. Ningún estudio contrastado dice que una “copita” de vino al día es buena. Ninguno. Y los refrescos, recordad que es un producto envasado, y que la mayor cantidad de ingredientes que lleva es azúcar.
Por tanto lo ideal sería comer casi como los abuelos o bisabuelos. Alimentos de la huerta y los arboles frutales, huevos de gallinas alimentadas de forma natural, carne en menor medida, pescado, legumbres y aceite de oliva.
Nuestra salud nos lo agradecerá, y nuestros hijos tendrán una referencia en su casa a la hora de aprender a alimentarse y a escoger sus propios gustos.