La alimentación en bebés es un tema que nos preocupa mucho a los padres. Por ello vamos exponer un poco de información al respecto.
Actualmente, todas las asociaciones de nutrición y salud recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y lactancia materna más alimentación complementaria hasta los 2 años, siempre que sea posible. Hace unos años hasta estaba mal visto dar de mamar a los bebés. Pero desde hace tiempo se sabe que es la mejor opción.
La leche materna se va adaptando con el paso de los días y las semanas a las necesidades del bebé. Ésta contiene todo lo necesario para el correcto desarrollo cerebral y físico del bebé. Entre otros, contiene grasas, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. También nucleótidos que ayudan a fortalecer el sistema inmune del bebé. La composición va cambiando en función de las necesidades del bebé. Cada vez tiene más contenido en grasa, por lo que siempre cubre sus necesidades.
En caso de decidir no amamantar al bebé por cualquier motivo, se escogería la leche que mejor se adapte a sus necesidades. y ahí entramos en tema controvertido.
Las leches artificiales no son todas iguales y no las más caras tienen por qué ser las mejores. Hay que estar muy pendiente de las etiquetas y no dejarnos engañar por la publicidad sobre alimentación en bebés.
A partir de 6 meses.
A lo largo de los años se ha ido cambiando mucho, entorno a que alimento se les puede dar y a su forma (entero o puré). Nos vamos a ceñir a las recomendaciones con mejores resultados.
¿Y a que nos referimos con buenos resultados?
“Si tu hijo come prácticamente de todo a los 2 años y disfruta con la comida, eso es un buen resultado.“
¿Cómo lo conseguimos?
Para una correcta alimentación en bebés, empecemos por la alimentación de los papás. Si quieres que tu hijo coma sano y variado, debe verte a ti hacerlo. Pon en tu plato 3-4 alimentos sanos y cuando tu bebé acerque su manita para cogerte algo, déjalo!
Lo mirará, y se lo llevará a la boca. Esa es la manera en la que empieza a poder escoger y probar nuevos alimentos.
Podéis comprar un platito con varios compartimentos para echarle a él un trocito de cada alimento de los que vais a comer. Y dejarle, nunca obligarle.
¿Qué alimentos pueden ser?
Zanahoria hervida, patata, un trocito de pollo sin hueso ni piel, un trocito de brócoli.
Entre los 6 meses y el año, lo prueban todo, lo investigan todo. Es el momento de dejarles coger la comida con las manos, de ensuciarse con el tomate y de disfrutar del juego de comer.
El estómago de los bebés sigue siendo pequeño a los 6 meses. No importa que coma poco, porque seguirá teniendo como base de su alimentación la leche materna o de fórmula. Lo importante es que se acostumbre a comer con la familia y probar los alimentos que están comiendo sus papás o sus hermanos.
Debemos darles opciones.
Por ejemplo, un trocito de manzana o un trocito de melón, no importa cual escoja. Lo importante es que cualquier opción es sana, y que el bebé está tomando una decisión. Los alimentos deben estar cortados de forma que lo puedan coger con su manita. Y también se puede machacar con el tenedor.
Es conveniente evitar los purés, la televisión y cebarlos. El bebé mejora su atención y su motricidad al dejarlo comer solito. También su autoestima, “comer es divertido y yo puedo escoger”. Esa será su percepción.
¿Cómo podemos ayudarle un poco más? Dándole un vaso antigoteo, un tenedor adaptado a su manita, un babero con zona de recogida, para que si le cae algún alimento él mismo lo pueda coger.
Las opciones que se les ofrezcan deben ser siempre sanas. Si le dais un trozo de chocolate, un trozo de coliflor y un espárrago… lo más probable es que él bebé coja el chocolate. Por ello quitamos el chocolate y ponemos un par de tomates cherry partidos a la mitad. De esa forma ya vuelve a poder escoger, pero siempre alimentos frescos, sanos y adaptados al tamaño del bebé.
Los bebés se pueden atragantar como cualquier adulto, no pasa nada, lo tragaran o lo expulsaran, siempre debemos estar mientras comen por si necesitan ayuda.
A partir de 1 año.
Lo ideal sería que a partir del año fueran autosuficientes, que comieran con sus cubiertos adaptados y que bebieran de su vasito. Seguiremos evitando la sal y el azúcar todo lo posible.
Unos de los alimentos que casi todos los papás damos a nuestros bebés, por recomendaciones no muy acertadas, son los cereales sin gluten en el biberón. No son necesarios y no son adecuados a pesar de estar formulados para niños. No lo son si damos a nuestros hijos arroz o pasta cuando lo comemos nosotros.
Los cereales hidrolizados contienen azúcar a pesar de especificar “0% azucares añadidos”. La palabra “hidrolizados” implica que se han modificado los hidratos de carbono complejos para su fácil digestión y se han transformado en azúcares simples y ese es el problema. Se digiere como azúcar de mesa que no es ni esencial ni necesario en ninguna fase del desarrollo.
A partir del año los niños ya están preparados para tomar leche de vaca entera y comerse un yogur, igual que sus papás y/o hermanos. Si hay algún alimento que aún no pueden comer son la miel, por una bacteria que provoca botulismo, y los frutos secos por riesgo de asfixia.
CONCEPTO: BABY LED WEANING (INTRODUCCIóN A LA ALIMENTACIóN GUIADA POR EL BEBÉ)
En los últimos años, respecto a la alimentación en bebés, surge un nuevo concepto: “Baby Led Weaning”. Su idea es que a partir de los 6 meses se pueden empezar a introducir casi cualquier tipo de alimento en la dieta del bebé.
Se ofrecen 3 alimentos sanos en su plato para que el bebé elija. Hay excluir la leche de vaca entera hasta el año, la verdura de hoja verde por los nitritos, la miel cruda por el clostridium botulinium, los pescados azules y marisco por los metales, el huevo crudo y los frutos secos porque no se deshacen e incluso se hinchan en el tubo digestivo. Es importante esto, ya que cualquier alimento es potencial para provocar una alergia.
La idea es dejar que él bebé experimente con los nuevos sabores y nuevas texturas sin obligarle a comer ninguno de ellos y así no generar conflicto.
Siempre ofreciéndole alimentos sanos, de tamaño correcto y complementando con leche materna si es posible.
BEBÉS MÁS FELICES, PADRES MÁS FELICES.